Roquetes

Nos ubicamos en la Plaça de les Dones de Nou Barris, en Roquetes, un barrio obrero y migrante con gran tradición de movimientos sociales y vecinales desde finales de los años 60. Justamente, gracias a la lucha vecinal y, especialmente, de las mujeres, que vivían la precariedad en primera persona, se consiguieron la mayoría de servicios básicos, como calles asfaltadas, agua potable y alcantarillado, semáforos, espacios verdes, equipamientos educativos, sanitarios, cívicos y culturales, etc.

El feminismo ha sido una de las luchas importantes del distrito. Así lo muestra el hecho de que, en 1976, a raíz de las primeras Jornades Catalanes de la Dona, nació una de las primeras vocalías femenina de Associacions de Veïns i Veïnes, la Vocalia de la Dona de Nou Barris. La Morada, reconocedora de esta historia, nos situamos conscientemente en esta memoria de luchas para seguir contribuyendo en la construcción de un barrio feminista. Así, nuestra perspectiva y acción feminista no se agota en el propio proyecto de vivienda, sino que nos articulamos en el tejido ya existente, compartiendo espacios con el barrio y expresando la riqueza de su vida comunitaria.

Interacción con el barrio

La Morada se propone vivir activamente en su entorno y colaborar en su dinamización. Estas interacciones con el barrio, que tendrán que ser analizadas previamente y concretadas durante el proceso de promoción, y dentro del diseño arquitectónico del edificio (medidas, formas de activación y uso de los espacios comunitarios o comerciales) se pueden dar en diferentes grados:

  • Con el activismo en proyectos del territorio o la participación en redes de consumo y de intercambio del barrio.
  • Con colectivos o entidades del barrio que puedan participar en los espacios o proyectos de la cooperativa.
  • Con vecinos y vecinas que puedan utilizar instalaciones de los espacios comunitarios (taller, sala polivalente…) de la cooperativa.
  • Dirigiendo parte de los bajos del edificio a locales para entidades del tercer sector, empresas de la economía social con un arrendamiento accesible y justo o adhiriéndose como socias cooperativistas. 
  • Destinando una parte de los bajos del edificio cooperativo a uso comercial, por ejemplo, del pequeño comercio o a proyectos de emprendimiento de mujeres, en un régimen de alquiler justo y accesible.
  • Poniendo a disposición del Ayuntamiento, en régimen de alquiler, parte de los bajos del edificio cooperativo para situar algún servicio municipal que dé respuesta a necesidades del vecindario.

La actual situación del mercado inmobiliario, sumada a la creciente precarización de la vida de las mujeres y personas LGTBIQ+ de nuestra ciudad, nos coloca, a nivel personal y político, en la necesidad de articular respuestas y alternativas.

Un solar en cesión de uso

La Morada, además de conseguir resolver la necesidad de vivienda de las personas que la componemos de una forma más o menos asequible en comparación con la situación durísima del mercado actual; nos sumamos a las alternativas que en los últimos años se están construyendo (La Borda, La Balma, Cirerers, por citar algunos ejemplos dentro de la ciudad), impulsando un modelo cooperativo. De esta forma sacamos suelo del mercado inmobiliario especulativo empezando a generar una alternativa real a éste, en la que la sororidad, el aprendizaje y la comunidad están en el centro. 
Este modelo se basa en experiencias consolidadas como son el modelo Andel en Dinamarca o la Cooperativa de Ayuda Mutua en Uruguay y tiene dos características principales:
El mantenimiento de la propiedad colectiva de la vivienda -en propiedad vertical- y la cesión de uso con régimen de tenencia por parte de las socias para disponer de una vivienda. Así, se impide la especulación con la vivienda y su venta a precios de mercado, puesto que es de propiedad colectiva, preservando su valor de uso frente al valor de cambio.
La organización cooperativa –personas organizadas a través de la cooperativa– como fórmula para organizar tanto el proceso de autopromoción de la vivienda, como la convivencia y la gestión del edificio.
Por tanto, este sistema ofrece tres cualidades destacables para las usuarias:
La asequibilidad -con entradas iniciales y cuotas asequibles-
La estabilidad -al ofrecer un derecho de uso indefinido de la vivienda a las unidades de convivencia-
La flexibilidad -al poder renunciar al derecho de uso recuperando la entrada inicial aportada-
Además de estos aspectos, los modelos de vivienda cooperativa en cesión de uso en Catalunya también se caracterizan por fomentar la reducción del impacto ambiental de los proyectos, fomentando estrategias pasivas de confort ambiental, así como sistemas de reciclaje y generación de energías renovables.
Desde La Morada creemos que es el momento de aportar la perspectiva feminista a estos procesos actuales y enriquecer estas experiencias.